Sabemos que un gramo de agua al congelarse cede 80 calorías. Este es uno de los principios básicos por el cual la aplicación de agua sobre la parte vegetativa de los cultivos, cuando la temperatura ambiente desciende por debajo de los 0ºC, protege todos nuestros cultivos frente a las desastrosas heladas.

Una vez queden recubiertas de agua las partes sensibles a la helada, mientras continuemos con el riego anti helada, se mantendrán a la temperatura de congelación de 0ºC, superior a la temperatura ambiente, por lo que siempre permanecerán protegidas de los daños causados por las heladas.

APUNTE INTERESANTE: Durante el riego antihelada, el agua distribuida también aporta calor a la atmósfera cercana debido a que su temperatura es mayor.

El sistema de riego antihelada más eficiente

El sistema anti heladas para frutales más eficiente es el riego antihelada con Pulsar. Se trata de un sistema anti helada con micro aspersores de funcionamiento por pulsos. Este riego anti helada requiere un bajo consumo de agua y, por lo tanto, un menor peso del hielo sobre los árboles que pudiera producir rotura de ramas.

El riego anti helada Pulsar funciona usando un reducido caudal por hectárea, aproximadamente de 15 m³/h por hectárea, dependiendo del espaciamiento, inferior al 50% de agua requerida en sistemas de aspersión de cobertura total. Sus frecuentes pulsos por minuto aseguran un riego anti helada continuo y evitan la saturación del suelo incluso después de muchas horas de riego.

Además también existe la opción en baja presión, por lo que con el Pulsar se produce un ahorro de agua y energía.

En la protección anti heladas influyen muchos factores como la humedad relativa del aire, las condiciones de viento, la humedad del suelo, la nubosidad…

Tipos de heladas: radiación o advección

Como hemos dicho al principio del artículo, las heladas en la agricultura se producen cuando la temperatura del aire a nivel de suelo desciende por debajo de los 0ºC.

Es en ese mismo punto cuando cualquier líquido en condiciones normales comienza su proceso de congelación. A continuación, os mostramos dos tipos de helada que se suelen producir más comunmente.

Heladas de radiación

Las heladas por radiación ocurren con cielos despejados, con viento en calma o muy poco viento. En esta situación, cuando se pone el sol, el calor acumulado durante el día en el suelo se cede a la atmósfera.

Esta capa de aire inferior más caliente se vuelve menos densa y asciende, siendo remplazada por aire más frío de las capas altas. Si no hay nubes que bloqueen este intercambio la temperatura, en la superficie la temperatura irá decreciendo progresivamente a medida que el suelo y los cultivos van cediendo el calor acumulado durante el día.

Este fenómeno se conoce como inversión térmica y es lo que provoca la helada.

Existen dos tipos de helada por radiación

La helada blanca, que tiene lugar cuando la humedad atmosférica se congela formando pequeños cristales sobre las plantas.

La helada negra, que tiene lugar cuando la humedad atmosférica es demasiado baja para que se puedan formar cristales de hielo, pero las bajas temperaturas provocan la congelación de la savia.

Heladas de advección

Las heladas de advección son ocasionadas por la llegada de una masa de aire frío, estando asociada a vientos de moderados a fuertes, baja humedad y condiciones de nubosidad.

Temperatura crítica de los cultivos

La temperatura de 0º C es el punto de congelación del agua y es el momento en que el cultivo empieza a ser dañado a causa de la formación de cristales de hielo en el tejido celular.

La temperatura crítica del cultivo es normalmente ligeramente inferior al punto de congelación del agua y depende de la duración a estas franjas de temperatura.

Por ejemplo, para cítricos, la temperatura crítica a las cuatro horas es de –2ºC. Esto significa que un árbol puede aguantar cuatro horas a – 2ºC antes de sufrir daños. Después de cuatro horas, el daño es proporcional al tiempo en que la temperatura permanece por debajo de la temperatura crítica. Temperaturas por debajo de – 2ºC durante un periodo corto de tiempo (una o dos horas) solo causarían daños mínimos.

Previsión ante una helada

Son muy útiles los registros de las condiciones climáticas en cada helada en distintos puntos de la finca. Se puede observar y registrar la temperatura actual y la prevista, el tipo de nubes y la velocidad del viento. En días nublados, con vientos fuertes, resulta difícil hacer previsiones. Pero bajo cielos claros, en condiciones de calma, la helada puede ser prevista aunque no se haya pronosticado.

El uso de observaciones pasadas puede convertirse en un factor esencial para predecir las condiciones climáticas y adaptarlas a toda la finca.

La información recogida permitirá al agricultor instalar y manejar los sistemas de riego anti helada allí donde sean más necesarios.

Durante una helada por radiación, los registros de antecedentes de este tipo pueden ayudar a las decisiones críticas de cuando poner en marcha el riego antihelada.

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